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domingo, 18 de noviembre de 2018

La sociedad futbolerizada y la Universidad


 El País. 18 de agosto de 2018. EL ACENTO. El futbolerismo se impone en la educación superior. Jorge Marirrodriga.

Acababa de terminar la entrada dedicada a Carlos Zanón cuando cae en mis manos un artículo de la prensa diaria, que viene a profundizar en lo que quiere decir ser futbolero y su aplicación fuera del ámbito del fútbol. Lo utiliza para explicar la perversión de los valores en la Universidad. Cuando el interés está por encima de la educación. En el Instituto nacional de Educación Física, en 1974 (diez años antes de que la Real Academia Española (RAE) de la Lengua se diera por enterada de la vigencia de este adjetivo) se llamaba futbolero a cualquier deportista que entendiera la práctica deportiva al margen de sus valores educativos (en el más amplio sentido de la palabra) y de pasatiempo. Así había jugadores de baloncesto que eran futboleros; y de balonmano, aunque estos podían llamarse balonmaneros, que no era lo mismo. Es un adjetivo que se aplica a comportamientos que se dan en deportes muy mercantilizados. Nadia Tronchoni (El País, 25 de septiembre de 2018) habla de los crecientes conflictos entre pilotos de moto GP y la radicalización de las hinchadas: "El Mundial de motociclismo se ha futbolizado", concluye. 

06-noviembre-2009 Manel Fontdevila 

Así, decir de alguien que era futbolero, que nadie se preocupaba en definir, se sobreentendía que era despectivo. Que es lo mismo que explica José Marirrodriga en su artículo, que además nos ofrece algunos rasgos  Se pregunta ¿Qué es lo más importante para un futbolero? Vender camisetas, son profesionales fríos, el ranking FIFA, la marca del patrocinador. En contra de valores intrínsecos del futbolista: Marcar goles, comprometerse emocionalmente, competitividad, compromiso con el club. No es que me guste mucho el resumen. Queda más claro cuando dice, más o menos, que el futbolista y los aficionados al fútbol atienden al juego (al ocio) y el futbolero al dinero (al negocio).

jueves, 4 de octubre de 2018

Kenizé Mourad. De parte de la princesa muerta. Una inquietante teoría sobre el origen del deporte



Narra la peripecia de la princesa Selma, la madre de la autora del libro, musulmana, hija de sultana otomana en Turquía que, en 1923 (Revolución y fundación de la República de Turquía) se exilió a Libia hasta finales de los años treinta del siglo XX. Después fue Maharaní, esposa del Rajá de Badalpur, en la India en los años cuarenta, mientras se gestaba la independencia del país. Luego se exilia a París, justo cuando va a empezar la Segunda Guerra Mundial.

He leído este libro como una lectura de verano, tumbado en una hamaca y con el auxilio de la Wikipedia, porque la novela biográfica se sitúa en varios momentos de la historia que yo desconocía. Me resultó apasionante. Lo que no esperaba era encontrar referencias al deporte y las hay, concisas y bien claras, del papel que juega en la sociedad. Pero sobre todo hay referencias al juego, una teoría muy interesante para quienes ven el origen del deporte en la guerra, o más bien en la política. Vamos por partes:


Ya comentamos, en otras entradas de este blog, la contribución de las sociedades deportivas al estilo de vida fascista en la Alemania de los años treinta. 

Pues bien, en 1936 Libano es un protectorado francés y Beirut es considerada “El París del Líbano”, una ciudad abierta y cosmopolita que comienza a sufrir la tensión prebélica (En 1936 Mussolini invade Etiopía y ambiciona Libia) que dará origen a la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto hablan dos personajes del libro (:340):

“¡Otra vez las milicias de Gemayel hijo! Francamente, desde que fue a los Juegos Olimpicos de Berlín, no se para en nada.
Falanges libanesas. ¿Una asociación deportiva?  
¿Sabes como les llaman? ¡Las Falanges! Mussolini es su héroe. Pretende que su asociación es únicamente deportiva con fines sociales, aunque en realidad quiere organizar a los jóvenes libaneses según el modelo de las juventudes fascistas, una juventud pura y dura, ultranacionalista”

Efectivamente, Pierre Gemayel no fundó una asociación deportiva, sino un partido fascista (Falanges Libanesas) que tuvo como modelo La Juventudes Hitlerianas y Falange Española y se ha ido adaptando a los tiempos para mantener el poder. El deporte tiene muchas utilidades.


La distensión por el deporte

En la India de la década de 1940, en un corrillo de una reunión en la que se encuentra la alta sociedad, indios, otomanos e ingleses, se roza el tema de las fricciones entre hindúes y musulmanes, se deriva hacia la necesaria independencia de la India y la Maharaní Selma quiere hablar de los derechos de las mujeres. Entonces el Gobernador ingles ataja:

lunes, 17 de septiembre de 2018

Carlos Zanón. ¿Qué es ser futbolero?


Carlos Zanón: Futboleros y escribidores


 De la orgía de literatura sobre deporte que se desencadena cada vez que hay una Olimpiada o un Campeonato del Mundo de Fútbol, yo hago una selección poco rigurosa. En primer lugar, mis hábitos lectores me tiene que poner el articulo ante los ojos y, después, algo me tiene que llamar la atención, en este caso es el autor de quien había oído hablar. Algo suyo leí.

El caso es que Carlos Zanón escribió en el País dos artículos sobre fútbol: uno cuando se iban a jugar las semifinales, y otro en vísperas de la final. El primero se llama Pasión por una lavadora y el segundo Gloria y fracaso. Tópicos y lugares comunes, pensé. Aunque no estaba de acuerdo con la afirmación de que en el funcionamiento de una lavadora, que lo compara con el estilo de juego de los equipos semifinalistas, no haya pasión. Eso es porque no ha sacado a su lavadora de su encastre, la ha puesto en un pasillo junto a otra y ha programado el centrifugado para ver cuál de las dos corre más. Yo he visto una carrera de lavadoras en el bar de Moe en Los Simpson. Seguro que no se le ha ocurrido hacer el amor sobre una lavadora cuando está centrifugando (cuatro millones y medio de entradas en Internet).

Ya había desechado ninguna aportación de sus artículos cuando, en el último párrafo, vi que se autodenominaba futbolero. Como no estoy de acuerdo con la definición que da la Real Academia del significado (Perteneciente o relativo al fútbol. Persona aficionada al fútbol o que practica este deporte) decidí ver a que se refiere el escritor (ni se me ocurriría decir escribidor) cuando se autodenomina futbolero. Deduzco que, al futbolero:

domingo, 9 de septiembre de 2018

Carlos Marzal: El poeta, el fútbol y los toros


Carlo Marzal escribe sobre fútbol ¿Por qué?

 Al fútbol se juega todo el año en todas partes, pero los días que dura el Campeonato del Mundo de Fútbol, el terreno de las letras se convierte en una especie de barbería de la posguerra en las que era obligatorio hablar de fútbol o de toros, para evitar la tentación de hablar de política.

Carlos Marzal, que es poeta, y bueno en esto, también dedica una columna al fútbol en el Levante EMV de 30 de junio de 2018. La futboliada titula, en referencia, no sé si culta o burlona, a La Iliada o a las Olimpiadas. 

El poeta empieza el artículo exponiendo una teoría evolutiva al modo de Piaget. “El futbol es un fenómenos de masas en el que las masas participan desde la niñez. El impulso de pegarle una patada a algo… constituye un absoluto” (Y nombra a Kant y Schopenhauer ¡para lo que han quedado!). Les aseguro que no hay que irse tan lejos. En el Instituto Nacional de Educación Física de Madrid, en el año 1974 aproximadamente, esa misma era la teoría con la que Miguel Muñoz, entrenador del Real Madrid, abría su docencia sobre fútbol con el siguiente discurso: El fútbol es instintivo. Un niño ve venir una pelota rodando y no la coge con la mano, le da una patada; y si la pelota pasa por una puerta dice ¡Gol! Eso se llama instinto de gol. Esto último lo dijo sonriente, cuando notó el regocijo generalizado. En una muestra de honradez dimitió de su docencia antes de acabar el curso.

Otra razón de su artículo, puede ser sociológica y geopolítica. Nombra los momentos en que jugar al fútbol puede provocar una distensión política: los partidos entre enemigos en las pausas de las guerras. Nombra también en las ocasiones en las que se juega en condiciones extremas de penuria. Pero la distensión no es una virtud del fútbol, sino del juego. Hay ejemplos conocidos de política del tenis de mesa, del rugby, del cricket.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Quiero que pierdan todas las selecciones nacionales

Levante EMV 30 de junio de 2018


Ya hace mucho que se jugó el Campeonato Mundial de Fútbol. Esos días escribe tanta gente de fútbol que apabullan los argumentos críticos, no es fácil separar el trigo de la paja y, como además es verano, dejas de lado las fatigas de escribir y te tumbas a la bartola. Así, meciéndome panza arriba, a la brisa generosa de un treinta de junio de Xàbia, ojeaba un Levante EMV. En la portada Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent sospechoso de alguna trapacería, se da un baño de adhesiones incondicionales sonriente ¿Por qué sonríe? Tres bebés ahogados frente a las costas de Libia. Vísperas del partido de España contra Rusia, que evoca el gol de Marcelino de 1964 y el subidón del honor patrio de la dictadura. Parece un periódico de aquella década.

Pasolini no hubiera escrito actualmente sobre deporte, simplemente por el rechazo que produce la descomunal industria y la cínica manipulación de le ética y la moral del juego. A mí me pasa algo parecido, rechazo el deporte cuando me apabullan con él a mayor gloria de la patria y el negocio.

Cuando me creía inmune al fervor mundialista, varios artículos que hablan de fútbol y deporte, de muy distinta índole, me llaman la atención, los leo y decido guardar el periódico para ver si en otro momento se me ocurre algo que escribir.

En la página cinco, Josep L. Pitarch se sincera y dice lo que tantos piensan y dicen en petit comité: Vull que perda la roja. Quiere que pierda la selección española por la hartura de exhibicionismo españolista, el patriotismo descerebrado, la imbecilidad en la vestimenta, los sentimientos identitarios desnortados. A mí me gusta el argumento, que Pitarch no dice, de que si eliminan a la Selección, entonces solo quedamos viendo el fútbol los que nos gusta el fútbol. El columnista dice que “el fútbol se la bufa”, aunque no lo parece.

jueves, 12 de julio de 2018

CR y la huelga de la USB


Mientras me rascaba la barriga, balanceándome en una hamaca, con un trozo de mar casi al alcance de la mano, el mundo seguía: se jugaba el mundial de fútbol, cumpliendo inexorablemente su fase de equipos, sus octavos, sus cuartos y ya solo queda la final y el humillante partido para tercero y cuarto. De los periódicos que leía, después de hacer el crucigrama, recortaba todo aquello que escriben los escritores sobre el fútbol. Lo que escriben los que cobran por escribir y no los que cobran por jugar. Curiosas lecturas de las que daré cuenta otro día.

jueves, 21 de junio de 2018

El fútbol y los sarpullidos






Levanta sarpullidos ver la explosión de amores patrios, ardor guerrero, honras en las botas de los delanteros y en los guantes de los arqueros, banderas que envuelven y colores nacionales en las caras y en el culo (y no es por hablar mal, que es cierto). Cómo no hablar de fútbol estos días. Ya lo he hecho muchas veces en este blog y se puede saber lo que pienso de este nivel del deporte. Para quien a priori piensen que no me gusta el fútbol, les diré que sí, que veo los partidos, sobre todo en esta primera fase en la que se enfrentan los que no son favoritos y puedo mirarlos como si viera un partido del Campeonato de Empresas de un polígono industrial. Quiero decir, que puedo verlos sin tener que remitirme a honor y patria y análisis de los avatares por los que pasan los elegidos, lo más selecto de la nación.


Pero, no es a esto a lo que iba. Releyendo un libro de un profesor de gimnasia antiguo, he leído la siguiente consideración sobre la aplicación educativa de algunos juegos:

Dr. Fraguas
El “Foot Ball”: Difícil, si no imposible, es dar conveniente nombre castellano a este juego, aún más desconocido en España que el Rounder, pues que jamás hemos tenido la ocasión de presenciar ni oír ni referir ninguna partida de este juego entre la juventud de nuestro país” 

Dr. José E. G. Fraguas Gimnasia higiénica. Biblioteca de la Regeneración Física, 1897.

Esto no iba a quedar así, y en 1902 ya se corrige la tendencia sobre el conocimiento de este juego:

“Parece que va tomando carta de naturaleza entre nosotros un ejercicio inglés llamado foot-ball. Aunque en nuestro modo de ser no encaje por completo la afición a este juego, sin embargo, no se puede negar que cuenta con bastantes entusiastas y los domingos por la mañana se ven los campos muy concurridos, desplegándose por los jugadores el mismo ardor que pueden desplegar los anglosajones”.  Un lince el comentarista.

lunes, 11 de junio de 2018

Un ministro de deportes y una broma sobre los profesores de gimnasia





Miren el chiste de El Mundo Today (Información ficticia elaborada por el semanario satírico www.elmundotoday.com para El País Semanal nº 2175).

Ya sé que es una ocurrencia, pero una humorada que contiene mucha información sobre la imagen del deporte y la educación física entre los intelectuales. Igual que en el siglo XIX. 

Si a esto le añadimos la actividad twittera del nuevo Ministro de Deportes, estamos aviaos.

lunes, 21 de mayo de 2018

Leer entre líneas. Quitad vuestras sucias manos de mi deporte.

          


Leer entre líneas es el recurso que tenemos los lectores, cuando está perjudicada la libertad de expresión, para encontrar razones, deseos y argumentos camuflados en un escrito.

La libertad de expresión sufre en las dictaduras políticas y también en las dictaduras mercantiles, que compran los medios de comunicación accesibles y entierran la razón, la libertad y el sentido común en montañas de basura. Por eso, leer entre líneas, es una habilidad muy apreciada en las dictaduras. En Estos momentos, en España es útil saber leer entre líneas.

No es necesario que un escritor escriba entre líneas para poder leer entre líneas. Entre líneas puede quedar claro que un periódico tiene intereses en la banca y eso es suficiente para desconfiar de lo que dice.

Leer así requiere esfuerzos. Los primeros son saber leer y leer. Los demás tienen que ver con la capacidad crítica, la no complacencia, la libertad mental y, rara avis, honradez intelectual y moral democrática. Nada más, sobra como preámbulo a una lectura sobre deporte.

Recorté dos artículos que, puesto uno sobre otro, dan una semblanza, mucho más allá de las ideas que contienen, sobre lo que trasciende de la práctica deportiva en intelectuales y técnicos mercantiles.

El primero son dos de Javier Cercas. En sendas columnas de El País Semanal habla, primero en contra y después a favor del deporte. Para hablar del deporte en contra, aun reconociendo que existe manipulación social y política, estafas, fascismo, se centra en los valores del propio juego en los que aprecia vileza, zafiedad, marrullería. Un asco que remata con un rotundo que les den morcilla. De acuerdo. Cuando escribe a favor, sí que habla de la manipulación política del deporte, pero en positivo. Cuenta la historia de un partido entre Sudán y Costa de Marfil en el que, al final, Didier Drogba, arengó a la población de Costa de Marfil para que se uniera y cesara en la guerra civil. Parece ser que con bastante éxito. Recuerda la pacificación de Sudáfrica, por Mandela utilizando el rugby.

lunes, 5 de marzo de 2018

Peter Handke, el deporte y la metáfora





 El deporte en la vida y en la obra de un escritor Peter Handke.


 

Peter Handke. Desgracia impeorable. Alianza tres. 1ª edición 1972.
Peter Handke. El chino del dolor. Alfaguara. 1ª edición 1983.
Peter Handke. La tarde de un escritor. Alfaguara. 1ª edición 1987.
Peter Handke. Historias de niños. Alianza tres. 1ª edición 1981.




Peter Handke escribió El miedo del portero ante el penalti, que no he leído, pero leeré. Sobre todo después de haberme visto sorprendido por la cantidad de figuras literarias relacionadas con el deporte que usa.
En estos libros, Peter Handke no habla de deporte. El deporte, para bien y para mal, es parte de la forma de vida: El espacio que ocupa, la presencia de los deportistas, lo que sucede en el deporte, lo que hace con nosotros y lo que hacemos con él, como suena, como huele. Él lo conoce y lo integra en descripciones y metáforas, con sutileza y la capacidad crítica que tiene a raudales
Lo raro es que los escritores no lo utilicen más a menudo. Si quieres explicar cómo es un lugar, no describas la iglesia, que posiblemente se hizo en el siglo XVIII o antes, describe el campo de fútbol, el rito que en él se oficia, a los fieles y a los oficiantes. Un amigo, de turismo en las ciudades, además visita el campo de fútbol. 

El caso es que estaba embebido en la lectura del primer libros de Handke que cayó en mis manos (El chino del dolor), leyendo y releyendo porque, en cuanto te distraes, te pierdes algo; disfrutando de la capacidad de observación y viendo y viviendo lo que él, escribiendo, se propone que vea y viva; sin saber demasiado bien si entendía con precisión cada párrafo pero seguro de estar en el lugar en el que quería que estuviera, cuando me di cuenta de que en sus paisajes, en sus lugares abundan los lugares deportivos, su luz y su sonido:

Justo detrás de la gran pared luminosa de la sala de tenis…. La sala resonaba con los pelotazos, advertencias y carreras”.
En el campo de fútbol resplandecía la luz de los focos, bajo la que los pájaros revoloteaban”.
Delante de éste se encuentra un campo deportivo… La baca de un coche aún llevaba los esquís
“El umbral de la casa sólo era un simple madero de pino silvestre con un profundo agujero producido por una rama, donde él y sus hermanos habían jugado muchas veces a las canicas mientras llovía.”

También forman parte del paisaje que describe las personas que corren por la calle:

“Desde el amplio campo abierto que comunica con el cementerio surgían cada vez más paseantes o corredores nocturnos.”
“En el punto de mira del desfiladero apareció una corredora, no como una suspensión, sino como un auge del vacío. Ahora era la belleza personificada, con pelo rubio y un chándal que en la oscuridad lucía como el azul una boca de riego."

Para explicar el ambiente de la Alemania de 1938: “Los equipos de fútbol se despedían con el reglamentario Sieg Heil” o “por la radio: 6,40 gimnasia”.

La descripción de los personajes, los sucesos que explican la acción, las sensaciones de un recuerdo, con frecuencia incluyen rasgos deportivos:

martes, 20 de febrero de 2018

El placer de jugar; Andrea Canepa y Peter Handke, que pasaba por ahí

Andrea Canepa. Margen de juego. Galería Rosa SantosValencia


Me llama la atención en la Galería Rosa Santos de Valencia una exposición que se llama Margen de Juego de la artista Andrea Canepa. Hace alusión al juego, que es ese terreno de la actividad corporal abandonado por la educación física y al que dedico buena parte de este blog. Dice Andrea Canepa que busca “señalar que toda lógica de organización, sea como sea, podría ser diferente”. 

Until it lives in the Muscle

La exposición podría haber sido cualquier cosa diferente al interés por lo corporal, que es del aspecto del juego del que yo hablo, pero no. Habla de cómo se ve concernido el cuerpo por la realidad social y cultural a través de las condiciones normativas que el juego impone: las reglas y la interacción humana. La regla impuesta y normativa, que resulta punitiva y traumática cuando emana de la autoridad, se funde en el juego con fluidez y configura una dinámica que en muchos casos se aproxima al placer: el placer de jugar.

En los fundamentos del proyecto artístico de Andrea Canepa, se nombra a Montessori, Pestalozzi y Rudolf Laban (creo que olvida a Piaget). Conocidos de la historia de la educación física y sin embargo incomprendidos y abandonados por la complejidad de sus propuestas. También aparecen Fröbel, Dienes, Kandisky y Klee que indagaron en la comprensión del espacio, los objetos, su dinámica, su comprensión lógica y, en si caso, su relación con lo corporal. Esta aproximación a lo coreográfico incluye a Schlemer y Roth. Todos estos incomprensiblemente  ausentes en la comprensión de la educación física.

viernes, 16 de febrero de 2018

València-Toledo paso a paso

 El camino como juego y como deporte


Ahora que estoy a punto de cerrar este blog dedicado al deporte y a la literatura, voy y escribo un libro de viajes. Tiene algo de literatura pero más de observación y reflexión.

Es el camino de alguien que ha impregnado su vida de deporte y de educación física, y el viaje tiene algo de deporte pero nada de competición. Compartí el viaje con numerosos deportistas, viajeros que cuentan el tiempo que tardan en llegar a alguna parte, los quilómetros que hacen cada día y que cuentan los pasos por minuto. Otros que baten récords de cuantos caminos han hecho. dicen ufanos: este es mi sexto camino o me faltan dos para haberlos hecho todos. Aunque alguno no sepa por donde ha pasado.

domingo, 21 de enero de 2018

Vitaliano Brancati, la gimnasia sueca y un viaje a Estocolmo

Vitaliano Brancati. Tríptico siciliano. Lumen.

Hacía tiempo que no encontraba en mis lecturas ninguna referencia al deporte o la gimnasia y, en la narración que menos me lo esperaba, aparece una breve y sustanciosa referencia a la práctica de la gimnasia sueca. Es en el relato Don Giovanni  en Sicilia, que Vitaliano Brancati escribió en 1940. La historia es la de Don Giovanni, un siciliano que por amor se traslada a Milán y se ve obligado a cambiar sus hábitos, a modernizarse. Estos fueron sus cambios para adaptarse a su nuevo estado:

Gymnastique de chambre 1895. Dr Schreber
“Arregló sus horarios de modo que en ellos cupiera, además de la ducha fría, las tardes sin siesta, el trabajo y la gimnasia sueca...”
La razón por la que decidió hacer gimnasia:
“Parecía realmente fuerte, pero el miedo a quedarse sin fuerzas no le abandonaba ni un solo momento durante el día…”
El análisis:
—Nunca hice ejercicio en toda mi vida —le dijo un día  a Ninetta, mirando hacia su propio pasado—. He tenido la adolescencia de un animal. ¡Puah…! Habría sido otro hombre si hubiera hecho un poco de gimnasia a los quince años.
—Puedes hacerla ahora —murmuró distraída su mujer.
—Ya es tarde.
—Para esas cosas nunca es tarde.
“Puede que tenga razón”, pensó Giovanni…
Actividad y resultados:
“…todas las mañanas hacía unos ejercicios en la barra y en las paralelas, y otros en su dormitorio, consistentes en abrir y cerrar la boca y en caminar de puntillas. Poco después la mandíbula pareció sobresalir y los pectorales le reventaban la chaqueta.”

miércoles, 3 de enero de 2018

Escenas de baño en un escritorio del siglo XVII


Museo de Santa Cruz en Toledo

El juego, el deporte y la educación física dejan rastros, que no me esperaba, en los caminos que recorro. A veces son tan leves como el que hoy he encontrado.

Estaba visitando, por segunda vez en poco tiempo, el museo de Santa Cruz en Toledo y me detuve frente a un  escritorio en el no me había fijado otras veces. Como si solo fuera una pieza del mobiliario del museo.

El escritorio es del siglo XVII y, en contra de lo que es habitual, los dibujos que tiene no son de temas bíblicos o de la historia sagrada. Son temas de caza, pesca, labores agrícolas y una impagable escena lúdica de baño.

En el siglo XVII hay pocos rastros del juego y el deporte en el arte en España. En la literatura, en el siglo XVI, como secuelas del renacimiento, se publicaron las obras de Cristóbal Méndez; Libro del ejercicio y su provecho (1553); Arts Gimnastica, Mercurialis (1569). Ya en el diecisiete Rodrigo Caro (1573-1647), Miguel de Cervantes (1547-1616) y algunos más hacen referencia a los juegos olímpicos antiguos y algunos juegos caballerescos. Fuera de España Pieter Bruegel el Viejo representa 83 juegos diferentes jugados por 230 niños en su tabla Juego de niños (1560). Y antes, François Rabelais (1494-1553), había dado buena cuenta de la importancia del juego y de los juegos a los que se jugaba.