Ya sé que es una ocurrencia, pero una humorada
que contiene mucha información sobre la imagen del deporte y la educación
física entre los intelectuales. Igual que en el siglo XIX.
Si a esto le añadimos la actividad twittera del nuevo Ministro de Deportes, estamos aviaos.
Antes y después, Sr. Ministro |
Que a alguien no le gusten los toros y sea crítico con el deporte
que consumimos me parece un avance para la cultura, incluso la deportiva. Por
eso no me pareció delito una cierta beligerancia hacia estos espectáculos del recién nombrado
Ministro de Cultura y Deporte. Empecé a preocuparme cuando vi que citaba a Umberto Eco sacándolo de contexto y que presumía de no hacer deporte, que supongo
que quiere decir que es ajeno a ningún tipo de actividad física o esfuerzo
lúdico o saludable. Por tanto ajeno a ninguna empatía con quienes desarrollan
su vida y su inteligencia ligada al movimiento. Supongo que incluso las
destrezas de la danza le resultarán incomprensibles. Seguramente el Ministro no
lo sabe, pero con su actitud se alinea con la más rancia y carpetovetónica actitud
de cierto nivel de la intelectualidad patria hacia el ejercicio
En fin, que no estamos en época
de despachar nuestro criterio sobre la actividad física con un ¡ozu!
Deberíamos estar preocupados.
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