Estaba preparando, tras una lectura de Alexandro Barico, una
despedida y cierre de esta época del blog, dedicada a lo que dicen y sienten
algunos buenos escritores cuando opinan de deporte o sus personajes son
deportistas, cuando se me ha cruzado un artículo, análisis lo llama el editor,
que se titula “El fútbol no es suyo” y lo escribe José Sámano en El País (10
febrero 2017).
El artículo es un jarro de agua fría para quien guste de
deportes participativos y espectáculos divertidos en los que el juego y el
jugador sean los protagonistas. Es nefasto para el concepto de deporte y la
ética de los ciudadanos. Y además es lioso, la tesis confusa. Solo lo entiendo
como una andanada de intereses comerciales de la empresa que lo publica.
Leí el artículo porque no es bueno quedarse dando vueltas a
lo que piensas. Sobre todo si sabes que no es lo que piensa la mayoría. Al fin
y al cabo, como decía mi amigo Salva: El deporte es eso que tú haces y dices
que es deporte. Hay muchos deportes.
Así que lo leí partiendo de una premisa: estoy de acuerdo en
que el fútbol no es de Peter Lim, que aparece en la foto que lo ilustra. Pensé
que íbamos a estar de acuerdo en que el deporte es patrimonio de los jugadores.
Pero no se habla de jugadores.
Entonces ¿de quién es el fútbol? De los hinchas “referencia esencial” que, tal y como está ahora el futbol, se ven
relegados al papel de consumidores y que no tienen ni el consuelo de la
pañolada torera (hay otras referencias a los toros en el artículo). Para la
hinchada, que de forma generalizada no supera la dotación neuronal de una rata,
reivindica el corazón, el alma y la pasión del fútbol.
¡Qué traidora es la pluma! Sin querer se puede escribir como hablaba el de la boina |
De quien más es el fútbol. “(El fútbol) ha dejado de ser la gran reserva del paisanaje, la
vertebración de un pueblo alrededor de su club de fútbol y su sentido de
pertenencia”. ¡Redonda le ha quedado!
Un guiño para los mayores: Piensen en esta frase dicha desde el balcón del Palacio de Oriente de Madrid por un general con
voz aflautada. ¿No les suena a reserva espiritual de occidente? Y lo de la
vertebración de un pueblo, guiño del franquismo en contra de la noción de la
España Invertebrada de Ortega y Gasset.
Parece que la tesis es que el fútbol ha dejado de ser la
reserva del paisanaje por culpa del fundamentalismo financiero reinante y debe
recuperar esencias simbólicas, locales, patrióticas… En aras de su valor como “religión laica” Y nombra a Vázquez
Montalbán que debe haber dado un bote en su tumba. Al comunista, crítico con
los procesos mercantilistas del deporte, no se le ocurrió un proceso más
degradante para el deporte que convertirlo en religión. Nunca, en su pluma, fue
un valor positivo esta deriva del deporte. Que, por cierto, en esos tiempos,
años setenta del siglo veinte, apenas era el alevín de la situación mercantil
actual.
El deporte solo es grande por los jugadores. Toda la deriva mercantil y simbólica es nefasta |
Para que no tuviera tufo a interesado nacionalismo
económico, podría haber puesto en la foto, en vez de a Lim, a Florentino, por
ejemplo, que tanto monta en eso del fundamentalismo financiero. A no ser que se
trate de no molestar y cumplir con la estrategia mafiosa de F.D.Roosvelt “Puede
ser que Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.
¿Y por qué lo he relacionado con Alexandro Barico.? No he
terminado de leer el libro que tengo entre manos (Los barbaros. Ensayos sobre
la mutación). Pero hace tiempo leí en “Homero Iliada” una reflexión, que he
repetido muchas veces en mi enseñanza y que volveré a repetir cuando quiera decir
lo que él dice como yo no lo conseguiré nunca (se debe leer pensando en el
valor formativo del deporte):
“(Construir otra
belleza),,,Poder cambiar el destino de uno mismo sin tener que apoderarse del
de otro; lograr que circulen el dinero y la riqueza sin tener que recurrir a la
violencia;… encontrarse a uno mismo en la intensidad de lugares y momentos que
no sean una trinchera; conocer la emoción, incluso la más vertiginosa, sin
tener que recurrir al doping de la guerra o la metadona de las pequeñas
violencias cotidianas. En fin, otra belleza, si es que comprendéis lo que
quiero decir”
Comparen este texto con el artículo comentado y díganme si
no es para estar preocupado por el deporte en mano de los medios de
comunicación.
Me queda pendiente la entrada dedicada a Alexandro Barico.
Después hablaremos de caminar, vagabundear, peregrinar…
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