Translate

domingo, 17 de marzo de 2019

El guardián entre el centeno


Que buen profesor de educación física hubiera sido


Si un cuerpo agarra a otro cuerpo, cuando viene entre el centeno…”  (Robert Burns)

https://ih1.redbubble.net/image.30819009.0033/flat,220x200,075,t.u2.jpg

Ser el guardián entre el centeno es un sueño recurrente de Holden Caulfield, el protagonista de esta novela. En el sueño, el joven Holden, se encuentra dentro de una plantación de centeno que limita con un precipicio. Repartida por el campo hay mucha gente jugando, pero la altura de las plantas les impide verse entre sí. Holden es el único consciente del peligro que supone el precipicio y se propone evitar que toda esa gente se despeñe y, para atraparlos antes de que caigan, se vale solo de su intuición y el rumor de las plantas cuando son agitadas por los que juegan. Es una labor ingente que hace que se despierte extenuado.

La vida de Holden es una agitada y despistada actividad para ubicarse en un mundo del que se siente responsable y sobre el que lanza una crítica desesperada, cargada de razones, suplicando que le entiendan. En el transcurso del relato, Holden se encuentra con el deporte, con el que establece una relación acorde a su imaginario y a su actitud interrogadora y crítica.

El deporte es un reclamo, una seña de distinción en la propaganda de los colegios. Por ejemplo, su colegio se anunciaba con un jinete de polo. Pero él nunca vio por allí un caballo ni un hombre magnífico, como podía deducirse de la foto del pez gordo montado a caballo. Son signos de distinción social también, el tenis y el golf que aparecen en otros momentos del relato.

En el fútbol, se supone que debía ser espectador de “esa gran cosa…que tenías que suicidarte o algo así si no ganabas”. El asiste a un partido desde lejos, sin participar de los gritos de sus compañeros y observa: