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viernes, 23 de febrero de 2024

Diarios 1999-2003 de Iñaki Uriarte


 

No sé hacer ejercicio.  Diarios 1999-2003. Iñaki Uriarte. Pepitas de calabaza.

Lo que se entiende sobre el juego y el deporte, algunas veces, esta más claro cuando no se habla de ello que cuando se intenta explicarlo. Cogido por los pelos, he encontrado en este escrito un atisbo de teoría que nos habla de la relación de los intelectuales con el ejercicio y, de forma más general, con el cuerpo. Atando cabos, jugando con significados y contradicciones, he intentado dar forma o desvelar un significado que no estaba explícito en el texto. Para mí diversión y la curiosidad de quien lo lea. 

No se hacer ejercicio. Tan simple como eso. Pasea, pasea, pero ¿Cómo se pasea? Me aburro. No le veo sentido. Hay gente a la que dirías: Hay que leer una hora al día, y le sería imposible. Lo mismo me pasa a mí con el ejercicio”.

En ningún caso lo juzga bueno ni malo. Su relación con el ejercicio la deja clara en las dos primeras palabras, “No sé...”. Siendo lector atento y crítico con lo que lee, seguramente, por esa ignorancia, no pone atención en la relación del ejercicio y el movimiento con el pensamiento, ni a las reflexiones que hicieron tantos escritores, pensadores y filósofos sobre este asunto: ejercitarse, caminar y pensar. Seguramente quien más relaciones encontró fue Rosseau, del que abundan las referencias en sus Diarios, pero también todos los que confiaron en el paseo como un ritual que les ayudaba a refrescar las ideas. Aristóteles y los peripatéticos, como no, pero también Nietsze y Kierkegaard. De Kant si que lo sabía, pero sus paseos Uriarte los relaciona con un deseo diferente a la posibilidad de que le ayuden en el pensamiento. Dice: “Otro filósofo obsesionado con vivir muchos años fue Kant, un completo maniático. Todos los días daba un largo paseo, cosa con la que no me meto, pero aseguraba que al andar había que llevar siempre la boca cerrada, para no coger catarros. Vivió hasta los 80 años”. Mi abuelo también decía lo de la boca abierta y, por que negarlo, es verdad, más que verdad, es de cajón ¿A quién se le ocurre pasear con la boca abierta?