Kenizé Mourad. Departe de la princesa muerta. Ed. Quinteto
Narra la peripecia de la princesa Selma, la madre de la
autora del libro, musulmana, hija de sultana otomana en Turquía que, en 1923
(Revolución y fundación de la República de Turquía) se exilió a Libia hasta
finales de los años treinta del siglo XX. Después fue Maharaní, esposa del Rajá
de Badalpur, en la India en los años cuarenta, mientras se gestaba la
independencia del país. Luego se exilia a París, justo cuando va a empezar la
Segunda Guerra Mundial.
He leído este libro como una lectura de verano, tumbado en
una hamaca y con el auxilio de la Wikipedia, porque la novela biográfica se sitúa
en varios momentos de la historia que yo desconocía. Me resultó apasionante. Lo
que no esperaba era encontrar referencias al deporte y las hay, concisas y bien
claras, del papel que juega en la sociedad. Pero sobre todo hay referencias al juego,
una teoría muy interesante para quienes ven el origen del deporte en la guerra,
o más bien en la política. Vamos por partes:
Ya comentamos, en otras entradas de este blog, la contribución de las sociedades deportivas
al estilo de vida fascista en la Alemania de los años treinta.
“¡Otra vez las
milicias de Gemayel hijo! Francamente, desde que fue a los Juegos Olimpicos de
Berlín, no se para en nada.
Falanges libanesas. ¿Una asociación deportiva? |
Efectivamente, Pierre Gemayel no fundó una asociación
deportiva, sino un partido fascista (Falanges Libanesas) que tuvo como modelo
La Juventudes Hitlerianas y Falange Española y se ha ido adaptando a los
tiempos para mantener el poder. El deporte tiene muchas utilidades.
La distensión por el deporte
En la India de la década de 1940, en un corrillo de una
reunión en la que se encuentra la alta sociedad, indios, otomanos e ingleses,
se roza el tema de las fricciones entre hindúes y musulmanes, se deriva hacia
la necesaria independencia de la India y la Maharaní Selma quiere hablar de los
derechos de las mujeres. Entonces el Gobernador ingles ataja:
¿Y qué pensáis del
último partido de polo?
El polo, claro, se
habían olvidado del polo. Todos se apasionan y el gobernador olvida su mal
humor” (:416).
Origen bélico y político del
deporte
Con la razón religiosa y el ocio, una de las teorías más
aceptadas sobre el origen del deporte, es el de la guerra. En la guerra de
Troya se fundamenta el origen de las Olimpiadas. Aunque a mí me gusta la idea
de que no es en la guerra sino en las narraciones de Homero de la guerra de
Troya. En este libro se propone un origen político e intereses de manipulación del pueblo
y las masas.
En el contexto de una narración sobre el carácter del pueblo
de Lucknow, en India, se habla sobre deportes tradicionales, sus razones, su
necesidad y su carácter. Son párrafos demasiado largos para transcribirlos, lo
mejor es leerlo, y de paso el libro entero. Este es mí resumen (:551-553):
¿Qué os parece este
juego princesa?... Combates de codornices… Las codornices son pacificas,
volverlas agresivas requiere entrenamiento y mucho talento para convertirlas en
animales fuertes y belicosos. La princesa Selma se sorprende ¿No hay suficientes animales que combatan por instinto?
Resulta una incongruencia para la idiosincrasia del juego: “Todo arte consiste, no en seguir los
dictados de la naturaleza, sino justamente en cambiarlos” Es una vulgaridad
hacer luchar a dos enemigos naturales, eso es solo fuerza bruta. “Hacer que se peleen dos amigos, dos aliados,
eso sí que es arduo y mucho más excitante”.
La princesa Selma, comprende que está hablando, no de
codornices, sino de seres humanos y de política y dice que es una perversión.
Su interlocutora le da la razón: “Esto
tiene la ventaja de ahorrarnos el ridículo y el mal gusto de pelearnos por
ideas que se abandonan de un día para otro”
Es un juego como cualquier otro ¿Decadencia de una aristocracia agotada?
De ninguna manera…
Entonces aclara que los indigentes y los pobres, que no
pueden dedicar dinero a gallos ni codornices apuestan en peleas de huevos. Así
de simple: enfrentan dos huevos, los empujan y el que casque, pierde.
“Los ingleses creen
que están locos, que sería preferible que se comieran los huevos antes de
estropearlos de esa manera. No comprenderán jamás a nuestro pueblo”.
Alguien más sabio que yo podrá sacar consecuencias de esta
narración. Como teoría del origen del deporte, es maquiavélica, inquietante y
plausible.
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