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viernes, 7 de febrero de 2025

Moby Dick. Herman Melville (1819-1891)

Es mejor dormir con un caníbal sobrio que con un cristiano borracho. 

https://classicrants.wordpress.com/wp-content/uploads/2012/08/mobydick_queequegxishmael.jpg?w=640
Esta parte del libro la leí entre el regocijo y la sorpresa. La relación entre Ismael y Queequeg empieza porque tienen que acostarse en la misma cama. Y es que el mesonero del Mesón del Surtidor le había ofrecido a Ismael compartir la cama con aquel arponero, y esto le tenía inquieto.

A ningún hombre le gusta acostarse con otro...Y cuando el caso está en dormir con un extraño, en un mesón desconocido, de una ciudad extraña, y con aquel arponero desconocido, entonces los inconvenientes se multiplican indefinidamente”. 

Para aceptar dormir en su misma cama tuvo que hacer un esfuerzo racional,

...empecé a pensar que tal vez abrigaba prejuicios no justificados contra aquel desconocido arponero... ¿Quién sabe? Al fin y al cabo, tal vez hagamos buenas migas”.

Pero cuando se encuentran en la cama saltan todas las alarmas, por su aspecto, su piel, sus tatuajes, Queequeg le pareció un salvaje abominable y caníbal ( el mesonero le había alertado sobre su gusto por la carne cruda o casi cruda). Entonces Ismael considera la posibilidad de tirarse por la ventana antes que yacer con el mismo demonio, pero interviene el mesonero y Queequeg entiende la situación y, mansamente la acepta. Entonces Ismael aprecia en el polinesio maneras corteses... “A despecho de todos sus tatuajes, no dejaba de ser un caníbal limpio y de buen aspecto... Este individuo es un ser humano, lo mismo que yo... Es mejor dormir con un caníbal sobrio que con un cristiano borracho”. Volvió a la cama “y en toda mi vida he dormido mejor”.

No está mal como experiencia corporal del siglo diecinueve y la humanización de concepto del otro. La peripecia tiene su desenlace en la mañana siguiente. “Al despertarme noté encima de mí el brazo de Queequeg, que me estrechaba del modo más afectuoso. Casi hubierais pensado que yo era su esposa.”

Ismael se justifica, sin dejar espacio a la suspicacia sobre homosexualidad, habla de recuerdos de infancia y en capítulos posteriores habla de la amistad sobrevenida por este suceso en términos de matrimonio. El primer matrimonio entre personas del mismo sexo de la literatura occidental. Por más que el propio Queequeg se encargue de aclarar que el concepto de estar casado en su cultura tiene que ver con la idea de compartir y confiar en alguien. Nada relacionado con el sexo. Comparten momentos de quietud y fuman juntos y estrechan su amistad, No sé por qué será, pero no hay sitio alguno que pueda compararse a una cama como lugar para dar pábulo a confidencias amistosas. Se dice que los matrimonios, allí, se abren a... Así charlamos Queequeg y yo, unidos por la nueva amistad de nuestros corazones”.

La educación física es algo más que la habilidad deportiva, incluye los valores de igualdad, sensibilidad y humanismo. De racismo y homofobia habla la experiencia de Ismael y Queequeg, pero antes de seguir tengo que decir que no hace tanto tiempo que compartir cama entre desconocidos era una práctica frecuente en fondas y mesones de paso y tal vez lo siga siendo. Más de una vez, en viajes nómadas que yo hice a finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado, muchas veces desplazándome en autoestop y durmiendo en fondas, he compartido cama con hombres que ya dormían cuando yo llegaba o que llegaban después de que yo durmiera. Personas a quienes saludabas educadamente cuando por la mañana te despertabas.

De su relación con Queequeg, Ismael nos deja una reflexión que nos servirá para enlazar con el siguiente apartado de la educación física en Moby Dick.

A pesar de ser un salvaje con el rostro odiosamente desfigurado había algo en su porte que no resultaba desagradable. Y es que o se puede esconder el alma. A través de todos sus tatuajes terrenos, me parecía ver las señales de un corazón puro y honesto.

No se puede esconder el alma. Dualidad.

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/a5/Peck_Moby_Dick.jp
Tal vez sea este tema uno de los más repetidos en la literatura que no habla de educación física o que hablan de ello sin querer. Como ejemplo, el momento en el que don Quijote encarga a Sancho una embajada ante Dulcinea.

Que has de saber, Sancho, si no lo sabes, que entre los amantes las acciones y los movimientos exteriores que muestran, cuando de sus amores se trata, son certísimos correos que traen las nuevas de lo que allá en lo interior del alma pasa. (Miguel de Cervantes).

Sobre esta misma idea, relata Melville la aparición de Capitan Ahab en el puente de mando para dirigirse a la tripulación.

Si escrutáis detenidamente aquel ceño arrugado y tenaz, hallaréis también en él las marcas de la idea fija, insomne e incansable... y Ahab se hallaba tan abstraído en aquella idea suya, que a cada vuelta regular que daba, bien al llegar al pie del palo mayor, bien ante la bitácora, casi podíais observar idénticas evoluciones de su pensamiento, dando la vuelta al hacerlo él, andando a pasos cuando él andaba, poseyéndole de modo tan absoluto que parecía como el molde interno de cada movimiento exterior”.

Flak y Stubb, los contramaestres, le observan “—Date cuenta, Flask —murmuró Stubb—. El polluelo que lleva dentro está picoteando el cascarón, y pronto estará fuera”. Despues ellos profundizan en esa idea sobre la dualidad o más bien sobre la comunión entre el cuerpo y el espiritú,

-Flask. ¿Cuánto tiempo hace que decías lo contrario?

-Stub. Bueno, supongamos que lo dijera ¿Y eso qué? Desde entonces, y en parte, mi cuerpo ha cambiado. ¿Por qué no mis ideas?

El propio Ahab, que mantiene discrepancias con Stubb, reflexiona sobre como papoderarse de su voluntad,

“…a pesar del magnético influjo que ejercía sobre él, sabía que no llegaría a dominar su espíritu, de la misma manera que la mera superioridad física no implica superioridad intelectual. En tanto que mantuviera su poder magnético sobre el cerebro de Starbuck, Ahab podría mandar sobre su cuerpo y su voluntad sumisos, pero no estaba seguro de poder dominar su alma…

La reflexión sobre el impacto de las emociones en el cuerpo, en el comportamiento motriz y en la gestualidad debía ser la parte de la educación física que trata la expresión corporal, aunque no estoy muy seguro de que eso se entienda así cuando esa conducta se convierte en enseñanza, en asignatura.

Tambien Walth Withman se fijo en esa relación entre el cuerpo y la emoción, 

Pero la expresión del hombre no solo aparece en su rostro,/Sino que también está en sus miembros y articulaciones;... /Está en su modo de andar, en los movimientos de su cintura y rodillas. /El atuendo no lo esconde;…/La cualidad fuerte y dulce que posee se ve a través del algodón y de su abrigo;... (Walth Withman. Yo canto al eléctrico cuerpo)

 


 

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