El odio xenófobo con el deporte como fondo

El placer de prohibir y el odio xenófobo con el deporte de fondo

Con frecuencia, en este blog, me he hecho eco de las noticias que informan sobre movimientos deportivos de colectivos que ven en el deporte una forma de integración y “una forma de ocio sana, comunitaria y perfectamente legítima”.

En una plaza de Toledo

Es noticia porque no es frecuente y porque ese esfuerzo representa el empeño en desarrollar los valores más positivos de la convivencia. Cuando alguien recurre al deporte para hacer visible su deseo de integración debía ser celebrado porque es un éxito de la comunidad. Y si hay que justificar la satisfacción que sentimos al ver a un grupo haciendo deporte se puede recurrir al tópico que mientras se está jugando no se están maquinando maldades o, como decían los curas, estarás demasiado cansado para no pecar, es decir, para cascartela.

Por esto resulta inquietante la decisión del Pleno de la Junta Municipal del Distrito

del cierre uno de sus campos en el distrito de Latina en Madrid. Es una de las instalaciones deportivas del barrio de Cuatro Vientos en el que se reunían un grupo de jovenes, mayoritariamente latinos, para jugar al softbol. Sobre este hecho, de evidente corte xenófobo, lo mejor es leer la noticia completa.

No vamos a pecar de ingénuos y recurrir al mantra de que la política no debe inmiscuirse en el deporte. Estamos totalmente acostumbrados, en realidad forma parte del paisaje del deporte, a la exaltación de los simbolos patrios a partir del éxito, a ver a los deportistas agitar una bandera o envolverse en ella. Es tan frecuente que si alguno no lo hiciera, si algún deportista reivindicara su esfuerzo como el único merecedor de homenaje y se negara a ondear la bandera que alguien le pusiera en la mano, estoy seguro de que habría una jauría informática dispuesta a despellejarle.

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Esta especie de política inversa, es decir, que en vez de construir relaciones sociales las destruye, es sumamente inquietante y es la muestra de una deriva social aberrante. Posiblemente esta noticia no sea portada de ningun informativo como lo está siendo los desalojos de Badalona, pero para quienes creemos en los valores educativos del deporte y leemos en la práctica deportiva las derivas sociales, debía ser un aldabonazo en la conciencia.

Las molestias que causan el juego y el deporte a los vecinos o a la sociedad en general se han resuelto a lo largo de la historia con distintos niveles de prohibición. ¿Quien no ha visto algún cartel en algún parque prohibiendo el juego?

En Oviedo (S. XVIII¿?)

En Telde. Hace unos días

A los regímenes autoritarios o a los políticos que no ofrecen soluciones a los deseos de ocio o libertad de sus ciudadnos les encanta prohibir en vez de escuchar y solucionar. A lo largo de la historia las razones para prohibir el juego del pueblo, el que no hace rico a nadie y feliz a unos cuantos, han sido de índole variada: religiosas, de orden público e incluso por reyertas a muerte, derivadas de trampas o apuestas. Curiosamente los problemas de tráfico, luchas de forofos, a muerte a veces, los gritos racistas de los grandes estadios no son consideradas problemas que justifiquen la clausura.

Por cierto, leyendo esta noticia, me encontré esta otra sobre los valores de integración del deporte. Una idea que todavía sobrevive... ¿Hasta cuando?

Este artículo está escrito a partir de la información facilitada por Armando Menéndez, licenciado en educación física. Y está publicada en El Salto, diario digital.

https://www.elsaltodiario.com/ Alejandra Mateo Fano 26 de diciembre de 2025. PP y Vox cierran un campo de softball frecuentado por personas migrantes, tras meses de criminalizar el espacio.