Translate

lunes, 13 de diciembre de 2021

Enric Monforte y las palabras

Cuando la piel ha dejado de ser cómplice del amor 


Buscar las palabras que expliquen lo que sentimos en nuestro cuerpo podría ser un objetivo de la educación física. El encuentro con la palabra podría ser el remedio a la incomprensión que con frecuencia encuentra quien se dedica a las actividades que exigen fuerza, velocidad, decisión, coordinación… Un universo de emociones que solo dejan huellas en la memoria, que no puede entenderse en la experiencia de otros, a no ser que la palabra venga en tú auxilio. Como si el cuerpo fuera el agente de lo efímero y la palabra tuviera el poder de fijar y trascender.

En su poemario, Desert de pells, verso a verso, Enric Monforte va plasmando lo que puede explicar de lo que siente, confiando en que las palabras acunen, adormezcan las urgencias de la piel.

 

Entre l’espant,

els meus dits somiaran

un llenç de paraules

En el espanto mis dedos soñaran un lienzo de palabras. El deseo es que su piel seca, exhausta, se adorne de palabras.

La meua pel eixuta

s’abillará de paraules.

Cuando la piel ha dejado de ser cómplice, en ausencia de las caricias que dan sentido al amor, se convierte en una barrera, en un enemigo que acusa como la soledad, la sequedad, la ausencia del aroma y la soledad, han convertido la piel agrietada por el duelo en un desierto árido.

Enric, lo dice en la solapa de su poemario, es un profesor de educación física y sabe que la piel se tensa con el esfuerzo de los músculos, que riega de sudor purificador la fatiga y te libera la mente. Pero ahora el cansancio es distinto y perturbador. Ya no vale la fuerza ni acude el vigor para que el corazón te permita correr sin dar tregua al dolor ni a la nostalgia. En la laxitud de su cuerpo reconoce la muerte, pero no es la muerte clínica de la que habla, es de esa extraña sensación que el desamor deja en un cuerpo entrenado para sentir, para dominar el mundo con la acción. El cuerpo queda arrasado por los sentimientos y no va a encontrar consuelo en los manuales de entrenamiento ni en los recursos para armar una clase.

Dicen que la infancia es la patria del escritor. También lo es del profesor de educación física y al escribir confía a la música, en la que ve colores, y las palabras la redención. Pero sobre todo a la complicidad del juego infantil. Al niño que liberó las palabras en el impagable “El misteri de les paraules”.

“Des que el temps és temps, i sense parar-se cap segon, les paraules baixen juganeres pel riu; algunes les utilitzaran els llavis, d’altres es convertirán en poemes, però la majoria es perdran riu avall fins arribar a la mar. Si penseu que aquest és el final, esteu equivocats, observeu atentament i descobrireu en cada gra d’arena la paraula que un día va naixer al Llac”

Pero tengamos la fiesta en paz, tu cuerpo, que tan bien te ha servido, ahora tiene que comulgar con las palabras y la música que elijas y, si lo consigues, ya no volverás a ser el mismo. Este es el momento de la educación física que trasciende al vértigo.


Enric Monforte es profesor de educación física y maestro. Le encanta la naturaleza y escribe para los niños, para los mayores y para él. Yo guardo su libro de poemas para cuando mi piel se seca y pide a gritos palabras. Y sus libros juveniles porque me encantan. No pienso dejárselos a mis nietos por si piensan que son solo suyos, se los leeré en voz alta y tal vez hagamos una representación teatral de las aventuras de Josep, Arnau y Mercé.

Enric Monforte, Desert de pells. Premio de poesía 25 d’abril de la Vila de Benissa 2005

Un lleó a casa!  Edelvives. Albades. Premi Samaruc 2005

El misteri de les paraules. Edelvives. Ala Delta. 2000

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario