“Qué les pasa a quienes dan clase de Educación Física” (261)
Es una pregunta que se hace Catalina, la protagonista, o tal vez sea la narradora de esta historia terrible de dolor y violencia quien se
la hace.
A pesar de que el titulo recuerda la asignatura de Educación
Física, también llamada Gimnasia por la influencia que tuvo en sus orígenes de
la cultura griega, no es este el tema de la novela. Y esa es la razón y la curiosidad por la
que quise leerla. ¿De qué educación física habla? ¿Qué entiende la gente por
educación física cuando no se habla de gimnasia?
El relato es un dechado de temores inculcados, de agresiones orales, físicas, miradas de actitudes excluyentes y despectivas por ser chica, por ser guapa, por ser alta, por no ser guapa, por vestir como se viste o por no vestir como las demás…, por no ser chico. Los agentes del miedo y la enajenación corporal que sufre son todos los que la rodean. Su padre, su madre, sobre todo, con quien comparte temores ancestrales, su hermano, sus amigos, sus profesores, las vecinas, los pasajeros de autobuses, las miradas de los viandantes. Y el miedo inducido y explotado por los medios de comunicación, las revistas del corazón, los programas sensacionalistas que consagran a reporteros que buscan índices de audiencia para su programa y el estrellato para ellos, un miedo muñido por las imágenes, el relato escabroso y el horror que trasmiten.