El cristal es un embrujo, un encantamiento. Tierra, resina,
fuego y aire soplado, desde un cuerpo, que crea formas mágicas. Que la luna es
de cristal, también lo sé. Ayer jugamos con cristales a ocultarnos, a mirarnos
al trasluz, le hicimos sonar ¡Tintín! Y le teñimos de color cereza, de regaliz
infantil y de la tierra y el sol. Nos divertimos, como dice Satie que es el deporte: ¡Qué guapa es! ¡Me gustaría estar en la luna!
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