“Qué les pasa a quienes dan clase de Educación Física” (261)
Es una pregunta que se hace Catalina, la protagonista, o tal vez sea la narradora de esta historia terrible de dolor y violencia quien se
la hace.
A pesar de que el titulo recuerda la asignatura de Educación
Física, también llamada Gimnasia por la influencia que tuvo en sus orígenes de
la cultura griega, no es este el tema de la novela. Y esa es la razón y la curiosidad por la
que quise leerla. ¿De qué educación física habla? ¿Qué entiende la gente por
educación física cuando no se habla de gimnasia?
La novela es el relato de las dos horas que suceden al
abuso, a la violencia sexual que sufre Catalina, que tiene dieciséis años, por
parte del padre de su mejor amiga (suceso que curiosamente en la contraportada
califica de
desagradable percance, lo cual quita bastante gravedad al
horror que motiva la novela). Durante ese tiempo en el que huye de la casa y se
ve obligada a hacer autostop para regresar a la suya, Catalina, estupefacta y
sumida en un delirio provocado por la violencia vivida y el miedo por tener que
exponerse al autostop y a la reacción de sus padres por si llega tarde o se
enteran de que se ha dejado llevar en un coche por un extraño, repasa,
recuerda, revive toda la violencia que ha sufrido en su vida por ser mujer, por
tener cuerpo de mujer y querer vivir como si su cuerpo ni su sexo fueran un
problema.
El relato es un dechado de temores inculcados, de agresiones
orales, físicas, miradas de actitudes excluyentes y despectivas por ser chica,
por ser guapa, por ser alta, por no ser guapa, por vestir como se viste o por
no vestir como las demás…, por no ser chico. Los agentes del miedo y la
enajenación corporal que sufre son todos los que la rodean. Su padre, su madre, sobre todo, con
quien comparte temores ancestrales, su hermano, sus amigos, sus profesores, las
vecinas, los pasajeros de autobuses, las miradas de los viandantes. Y el miedo
inducido y explotado por los medios de comunicación, las revistas del corazón, los
programas sensacionalistas que consagran a reporteros que buscan índices de
audiencia para su programa y el estrellato para ellos, un miedo muñido por las
imágenes, el relato escabroso y el horror que trasmiten.