Joseph Conrad. El espejo del mar. Reino de Redonda. Traducciónde Javier Marías.
Quien se embarque
en esta lectura, tendrá que plantearse leer el libro entero, porque el
autor dedica muy poco espacio al deporte de la vela, y lo que Conrad dice sobre
él se entiende mejor si atendemos a su vida en el mar, con los marinos y
los vientos.
También tenemos que decir que la traducción de este
libro, por Javier Marías,
tal vez resulte
imprescindible, porque en ella se adivina el amor por las palabras que el autor
reclama para la vida, para el deporte y para el mar.
Este blog lleva el
título de la obra multimedia de Erik Satie (1866-1925), Deportes y diversiones,
y en él nos
recreamos en la visión del deporte de quienes lo miran desde fuera o con la
distancia que les permite encontrar matices de su práctica que, quienes estamos
dentro, no vemos u olvidamos, engolfados como estamos en el día a día de la
experiencia. Este es el caso de Joseph Conrad.
Joseph Conrad (1857-1924) fue contemporáneo de Erik Satie y, salvando algunas diferencias que se derivan de
su oficio (marino y escritor el uno, músico el otro), los dos tienen una visión
comparable de cuál es la función del deporte en su época y una absoluta
ignorancia de hacia donde se dirigía esta práctica. Como dijimos de Pasolini: Si hubieran
vivido hoy, no habrían escrito de deporte.
La navegación y las regatas de balandros. Una teoría del deporte
Cuando Conrad habla del
deporte de la vela, dice que es un recreo. En seguida nos aclara que él no tuvo
apenas que ver con la navegación deportiva y añade, y esto es muy importante
“Aunque toda navegación a vela sea un recreo y un placer”.